El illuecano, Fernando Escribano Cano presenta su nueva novela este viernes en la biblioteca municipal
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Fernando Escribano Cano presentará su último trabajo, “La Memoria de un suspiro”, este viernes, 16 de febrero, a las 18.00 horas en la Biblioteca Municipal. Se trata de la segunda obra publicada por Escribano, tras “Alegorías al candor de la medianoche” (2004).
Es su nueva novela narra, como las pesadillas suelen ser tan volubles como un soplo de viento. Soñar que vuelas, cuando se es joven, parece algo muy normal.
Aquella mañana, Surinza, nuestro protagonista, se había desperezado de una forma singular. Volaba junto al acantilado y las imágenes de una hermosa dama se le acercaban para regalarle los oídos. Aquellos eran los últimos instantes antes del despertar. Luego, en la vida real, un suceso, un acontecimiento sórdido y desconcertante iba a cambiarlo todo. Ella apareció tras la pantalla del televisor. El amor ocasional en unas vacaciones de verano. Así había sido. Y de pronto, la desolación.
La noticia hablaba de un suceso trágico. Su esposo, del que Surinza no tenía constancia alguna, le había cercenado a bocajarro un disparo mortal de necesidad. El destino, la obstinación, la tozudez. Bueno. Un poco de aquí y allá. En lo profesional, al menos, todo iba por el sendero de lo correcto. Culminado sus estudios se había incorporado en la Unidad de Delitos Monetarios. Vicisitudes distintas y una profunda responsabilidad fue infiltrado en su primera misión en una de las compañías auditoras de mayor solvencia a nivel nacional La Corporación Borau, y, bajo su paraguas, había conseguido desentrañar un entramado de corrupción tan escandaloso como desconcertante. Había llegado a la ciudad de Blodin, una zona del país rica por sus industrias madereras y donde la familia del actual ministro de Economía y Hacienda eran los líderes sin discusión en un periodo hegemónico que abarcaba ya más de tres décadas. Econobles era la firma estrella y uno de los hermanos del ministro su flamante director general. Costaba creerlo, Surinza había llegado para culminar un expediente prácticamente acabado y, sin embargo, en un giro radical de los acontecimientos, situaba al Gerente Blandell como el principal sospechoso y cabecilla de un entramado zafio y fraudulento. Toda una convulsión y catarsis. Como el giro que, en lo personal, iban a dar los acontecimientos en un breve pero intensísimo espacio de tiempo.