Las Cortes de Aragón han aprobado por unanimidad una proposición de apoyo a la creación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para la cereza de las comarcas de Calatayud y el Aranda. Esta iniciativa supone un paso decisivo para la valorización y protección de uno de los productos agrícolas más representativos de la Comunidad.

La cereza de estas comarcas, reconocida por su calidad excepcional y características únicas, aspira ahora a contar con el distintivo de la IGP, lo que permitirá certificar su excelencia, proteger su origen y fortalecer su proyección tanto a nivel nacional como internacional.

Desde el parlamento aragonés se ha subrayado que la obtención de la IGP no solo beneficiará a los consumidores, que podrán identificar un producto de máxima calidad, sino que también impulsará la economía local, mejorará la competitividad del sector agrícola y generará nuevas oportunidades para los productores.

“La creación de la IGP permitirá a nuestros agricultores acceder a nuevos mercados y asegurar la sostenibilidad de sus explotaciones”, han destacado desde las Cortes. El respaldo institucional pretende servir también como impulso para conservar las tradiciones agrícolas ligadas al cultivo de la cereza, promover el desarrollo rural y evitar la despoblación en las zonas productoras.

Asimismo, las Cortes instan a las administraciones competentes a agilizar los trámites necesarios para hacer realidad este reconocimiento, así como a ofrecer el apoyo técnico y financiero requerido durante el proceso.

El acuerdo incluye un agradecimiento expreso a todos los productores, cooperativas, asociaciones y entidades implicadas en esta candidatura, reconociendo su trabajo constante y su compromiso con el territorio.

Desde el arco parlamentario se ha reafirmado el compromiso unánime con esta causa que busca posicionar la cereza de Calatayud y el Aranda como un referente agrícola dentro y fuera de Aragón.